La llegada de los europeos a este
continente, hace más de 520 años, dejó el saldo más atroz en
vidas humanas tronchadas por la ambición desmedida y la ignorancia
histórica que jamás se haya concebido ni en el más enfermizo de
los sueños. La "conquista" fue, literalmente, una masacre
que tiñó para siempre las relaciones humanas entre los blancos
invasores y los originales de la tierra.
Actualmente, las tremendas diferencias
entre quienes ostentan la "sabiduría occidental" y quienes
aún se encuentran sumergidos en la ignorancia y el abandono siguen
siendo generadoras de violencia social y un caldo de cultivo
peligrosamente recalentado por una economía al borde de la
hecatombe. ¿Quiénes son los portadores de un arma que amenazan la
tranquilidad de las ciudades? ¿Quiénes viven en villorrios
abarrotados de seres humanos al borde de sus recursos vitales? ¿No
son ellos mismos la consecuencia de políticas demagógicas que
arrastraron a miles al borde de las grandes ciudades con la promesa
incumplida de bienestar personal y familiar? ¿No tiene su tez el
mismo color y dibujada en su rostro la bronca de centurias de penar y
sufrir? ¿No son los mismos y eternos "desterrados" que
deben ocupar, a veces con violencia, un espacio en esta sociedad
urbana cada vez más alejada de la solidaridad y la convivencia
fraterna? ¿No estaremos frente a la cosecha de lo sembrado con la
indiferencia durante más de quinientos años?
Sí... por más que no queramos -ni
podamos- verlos con su atavismo ancestral, son los descendientes de
quienes sobrevivieron a la muerte y de aquellos que se mezclaron con
el blanco intentando una nueva identidad que los hundió aún más en
el rechazo. Parias de una América en desarrollo, hoy, conscientes
algunos de su lucha e inconscientes la mayoría por el alcohol y las
drogas, están en pie de guerra frente al invasor. Extienden su
manito niña limosneando una moneda... o su mano joven empuñando un
arma asaltando y exigiendo lo que creen suyo. Son y no son
indígenas... se los conoce como villeros.
¿Sabemos a cuánto asciende la población indígena de nuestro país y cuántas comunidades lo habitan? ¿Conocemos sus orígenes? ¿Tenemos una idea real sobre su actual situación, más allá de la certeza de que son discriminados? ¿Los ayudó la modificación de la Constitución Nacional, en 1994? ¿Recordamos sus luchas y sus demandas? ¿Valoramos su aporte cultural? ¿Aceptamos su actuación en nuestro desarrollo histórico?
Pobres entre los pobres, marginados
entre los marginados. Según el diccionario, aborigen es el
originario del lugar en que vive; primitivos moradores de una región
por contraposición a los establecidos después. E indígena, el
originario del país de que se trata.
Y la injusticia sigue
Como si la historia se hubiera detenido
en el tiempo, el nuevo milenio continúa ofreciendo un panorama no
muy diferente al que caracterizó estos cinco siglos.
"Mayma yvypora ou ko yvy ári iñapytl'yre ha eteícha dignidad ha derecho jeguerekópe; ha ikatu rupi oikuaa añetéva ha añete'yva, iporavá ha ivaíva, tekotevé pehenguéicha oiko oñondivekuéra".
"Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con
los otros."
(Artículo 1° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en lengua guaraní)
Fuente: Julio Archet www.lafogata.org.
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