viernes, 22 de marzo de 2013

El arte antes, durante y luego de la Revolución Mexicana


Halperín Donghi, Tulio. Historia Contemporánea de América Latina.
Capítulo V: Madurez del orden neocolonial

En 1880 el avance en casi toda Hispanoamérica de una economía primaria y exportadora significó la sustitución del pacto colonial impuesto por las metrópolis ibéricas por uno nuevo, donde los actores económicos cambian: España por Gran Bretaña;
El crecimiento será más rápido que en épocas anteriores y será acompañado de crisis de cada vez más intensas. Desde las primeras etapas, el nuevo orden revela los limites de sus logros. Nace con los signos ya visibles de un agotamiento que llegará muy pronto, produciendo una gran devastación de los recursos naturales semejantes a una catástrofe natural, y sus trastornos están vinculados con la metrópolis.
Al mismo tiempo que se afirma, el nuevo pacto colonial comienza a modificarse a favor de las metrópolis. Los Estados latinoamericanos se insertaron en el mercado mundial como proveedores de materias primas y compradores de productos industriales. Esta relación desigual establecía un vínculo de dependencia económica respecto de los grandes centros industriales. Pero, aún allí donde se mantiene, adquiere un sentido nuevo gracias a la organización cada vez menos libre de los mercados, facilitada por las transformaciones técnicas pero vinculada sobre todo con la de las estructuras financieras,
primeramente británicas, francesas, holandesas y alemanas; para luego someterse, al insipiente mercado estadounidense.
Los enclaves económicos que dependen de la tierra, como los frigoríficos, silos cerealeros e ingenios azucareros, sufren en uno y otro periodo los mismos abusos financieros, y por ende, político y social. Por ejemplo en Guatemala los capitales alemanes se apoderan del comercio, de igual forma que lo hizo España en su momento, o el de Cuba que tanto en su etapa de colonia española o como estado independiente, siempre estuvo abierta a la conquista de de la tierra azucarera por compañías norteamericanas. Estos ejemplos rebelan el debilitamiento de las altas clases terratenientes frente a los representantes de las economías metropolitanas, a pesar del apoyo que (interesadamente) siempre les brindaron en la construcción de las estructuras políticas, comerciales y financieras.
En cuanto a las clases sociales, la clase alta comienza a debilitarse, a pesar de haber dado su apoyo político y comercial a la metrópoli de turno con el surgimiento de las clases medias urbanas y los trabajadores modernizados, unidos en la democratización (“Retrato de la burguesia” de Siqueiros)
Mientras que en México esta se da revolucionariamente (“La revolución contra la dictadura porfiriana”. , “Las soldaderas”, de Orozco, “ Revolución”, de José Guadalupe Posada), en Argentina, Uruguay y Chile se manifiesta a través del acceso al poder de nuevos sectores de la sociedad, mediante el sufragio universal. Como este último, se da dentro del marco del orden neocolonial, y las tendencias que lo hacen posible no se oponen de forma militante a la continuidad de ese orden, quizás por eso las experiencias democráticas son tan afectadas como las oligarquías con la crisis del '30 , y aunque se agota el modelo, la oligarquía no desaparece como clase, que siempre va a estar vinculada a los sectores de poder.

Inglaterra, es el poderoso acreedor de América Latina, pero,avanzados los primeros años del siglo XX comenzará a vislumbrarse la aparición de EE.UU., que favorecido por la guerra se convertirá en el gran acreedor y gendarme de las finanzas de los estados latino americanos.
El orden neo-colonial se desarrolla en un contexto de transformaciones precisas de las estructuras económicas-financieras mundiales, este marco colabora con la vocación pedagógica de los EE.UU. que se transforma en un mecanismo más de dominación, y se identifica con el esfuerzo por imponer una imagen de la relación entre EE.UU. y el área de influencia americana. La nueva potencia dominante liderada por Roosevelt, hereda la función imperialista de Gran Bretaña y pretende aplicar la “política del garrote con América latina”; así llamada por él. En el área del caribe, la política proteccionista y predominio de EE.UU. en Cuba ( “Calavera dela Intervención”, Posadas). La construcción del ferrocarril panamericano y la unificación aduanera de las Américas, respondía a la característica de la época: los imperialismos. Argentina pone resistencia al proyecto panamericano, de EE.UU, pues tiene otros intereses y dependencias financieras. Europa y EE.UU. se distribuyen América Central (explica el autor la estrategia de EE.UU.para apoderarse de la zona del istmo de Panamá) .En el mundo se producen diversos cambios: fin del monopolio ideológico; aparición del fachismo y del comunismo, realidades sociales demasiado complejas, derrumbe económico en 1.929, y el paisaje político de América latina esta en ruinas.

El transito del intervencionismo europeo a la tutela norteamericano se consuma en el conflicto venezolano. Estados Unidos asume el papel de gendarme al servicio de las relaciones financieras establecidas en la etapa de madurez del neocolonialismo, y los hechos iban a demostrar con cuanta seriedad estaban dispuestos a encarar sus nuevos deberes.

Como reacción surgen: la doctrina Drago, en la que el canciller argentino proclamaba que el uso de la fuerza militar era inaplicable a las relaciones entre deudores y acreedores, y el llamado corolario Roosevelt a la doctrina Monroe, a través del cual EE-UU sostenía que en caso de que la escasa voluntad de ordenar sus finanzas hiciese a un estado latinoamericano deudor crónico, correspondía a EE-UU, y sólo a ellos, persuadirlo mediante el uso de la fuerza a adoptar las reformas necesarias. Los latinoamericanos demostraban entender muy mal las tendencias dominantes en la nueva potencia hegemónica.

El tratado de París dejo a Estados Unidos como dueño de Puerto Rico y dominante en la nueva Cuba independiente, ese resultado fue percibido con sentimientos mezclados por la opinión hispanoamericana,en la cual la causa de la independencia cubana tenia amplia popularidad.

El paso siguiente , la creación de Panamá (Estado protegido)sobre el territorio itsmico perteneciente a Colombia,causo inmediata alarma, ya que en el mismo existía desde mediados del siglo xix, un ferrocarril de propiedad estadounidense.

La creación en Panamá de un estado protegido causó reacciones en América Latina. También en Estados Unidos dudaban de la prudencia de una política que no respetaba formalmente las normas de convivencia internacional, por ventajas inmediatas.

Hacia 1914, la influencia norteamericana se afirmaba, sobre todo sobre el área del caribe y Centroamérica. Entre la guerra y la depresión, el avance de esa influencia iba a ser muy rapido. El fin de la era del ferrocarril significaba la perdida para Inglaterra de un instrumento de dominación mercantil y financiera muy valioso. Estados Unidos se beneficiaba con los triunfos del transporte automotor, que sin necesidad de inversiones de capital comparables a las que habían marcado el comienzo de la red ferroviaria, le aseguraban nuevos mercados.

Las inversiones estadounidenses no solo se dirigían a industrias extractivas o de mínima elaboración, orientadas hacia el mercado metropolitano, sino también hacia otras dirigidas al mercado local ( no al norteamericano).

La tutela que las élites (oligarquías urbanas,aristocracias terratenientes, sectores militares a los que éstas han reconocido hegemonía política) habían mantenido en la etapa primera del orden neocolonial, era cada vez más soportada con mayor alarma, a medida que ese orden manifestaba sus secuelas (“Los siete vicios” Posadas).

En la ultima década de XIX es la aparición de un movimiento obrero urbano en México, Buenos Aires y santiago de Chile, así como la formación de los primeros movimientos políticos quienes rechazan la dirección de la élite tradicional. Esa presencia, signo de una ampliación de los sectores políticamente activos, anuncia otras que llegaran mas tarde. Esta etapa de movilización política de sectores populares solo se dará de modo masivo, durante ciertas etapas de la revolución mexicana comenzada en 1910. En otras partes queda reducida a sectores predominantemente urbanos.
El movimiento de reforma universitaria no agota su eficacia dentro de la universidad, conduce a una politizacion permanente del cuerpo estudiantil que ante la incipiente movilización política de los sectores populares, se constituye (en mas de un país) en vocero de los que aun permanecen mudos.
El eclecticismo ideológico y la ambigüedad política del movimiento de reforma universitaria reflejan el clima desde el fin de la 1° Guerra Mundial y la crisis de 1929. Ese clima responde a cambios en el orden mundial, derivados sobre todo de la crisis europea reflejado en la afirmación de la hegemonía económica de norteamericana y la consagración del fin del monopolio de legitimidad ideológica de la que había gozado desde la independencia, el constitucionalismo liberal, primero el comunismo y bien pronto el fascismo son propuestos como alternativas para esa solución liberal-constitucional que tan mal se había aclimatado en América Latina.

El derrumbe del orden de preguerra se refleja no tanto a través de la afirmación de fuerzas nuevas, como del agotamiento cada vez mas evidente de las soluciones que han dominado hasta entonces.

Los éxitos y los fracasos de la economía exportadora se suman para plasmar realidades sociales demasiado complejas para que sea fácil contenerlas en el marco político heredado de la preguerra. La ampliación de las bases sociales del estado aparece como una necesidad urgente, mientras la democratizacion, que promete satisfacerla en el marco liberal constitucional avanza en Uruguay y Argentina, en Perú y Chile es intentada en un marco autoritario y en México en uno revolucionario (“La nueva Democracia”, Siqueiros).


Rodriguez,Laura



























































































































































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